Uno de los puntos más importantes y seguramente de los que más afecta y diferencia una vivienda Passivhaus de una convencional, es la carpintería exterior.
Hemos de pensar que la principal acción del standard se basa en la envolvente del inmueble, esto es, fachadas, cubiertas…y los huecos que hay en ella. La carpintería exterior.
Según las condiciones climáticas del lugar del edificio que define el standard, clima templado, frío…será necesario disponer de un sistema de carpintería con unos requerimientos técnicos u otros. Pero independientemente de esos requerimientos técnicos, toda carpintería Passivhaus debe disponer de una buena hermeticidad, un buen sistema de herrajes, un muy buen aislamiento térmico del vidrio y unos buenos componentes.
La importancia de la estanqueidad de la carpintería es una vez más vital, si queremos optimizar y mantener la calidad del aire aportado por el sistema de ventilación. Una ventana no hermética tiene una elevada tasa de aire de renovación a través de la propia carpintería y entre ella y la envolvente, de este modo con ese intercambio de aire se consigue evacuar la humedad y que se eviten así problemas de humedad. Así utilizando una ventana hermética, el sistema de ventilación cobra un papel fundamental al evacuar ese exceso de humedad.
El confort que se obtiene en el interior de una vivienda Passivhaus, prueba de ello y en gran medida gracias a la instalación de unas buenas ventanas es la minimización de la estratificación del aire en la habitación. Una temperatura baja en el vidrio de la ventana provoca fenómenos de convección con efectos indeseados como corrientes o estratificación de aire. Así se puede eliminar el efecto “pies fríos” causado por la diferencia de temperatura de hasta 2ºC entre los pies y la cabeza, que causa mucho disconfort, puesto que se evitan las convecciones o corrientes de aire.
Los vidrios son el componente que ocupa más área del hueco de una ventana. Son responsables de mantener una buena transmitancia térmica (Ug) para reducir las pérdidas de energía a través de ellos y también deben disponer de un factor solar (factor g) óptimo para controlar las ganancias solares a través de ellos. Este factor o valor g se describe como la suma de la energía transmitida a través del acristalamiento por la radiación solar directa y por la emisión de calor desde el exterior al interior. Dependiendo de la zona geográfica nos interesará que que este valor sea mayor (zonas más frías) o menor (zonas mediterráneas expuestas a la radiación solar).
Generalmente las cámaras resultantes de la interposición de vidrios, entre una y dos cámaras, para doble o triple acristalamiento, suelen ser rellenos de gases nobles como argón, kriptón y otros…
Otro de los componentes de la carpintería es el intercalario, que es aquella pieza que une las cámaras de vidrio. Comúnmente extendido, el de aluminio es el que aporta o genera un mayor puente térmico, y por tanto el que genera un borde frío y más riego de generar condensaciones. Como no puede ser de otra forma, en búsqueda de la excelencia, también el standard calcula el puente térmico que se genera de ahí que materiales cerámicos o plásticos sean más óptimos en la composición de la ventana.
Por último, los marcos o soporte de acristalamiento y enlace entre el hueco y la envolvente. La industria de la carpintería avanza cada día más para desarrollar marcos cada vez más eficiente, generando juntas, cámaras y demás para optimizar el producto. Materiales como PVC, madera, aluminio, aluminio-madera son comunes en las ventanas Passivhaus.
En la imagen anterior se muestra perfil de carpintería de Cortizo a instalar en nuestra próxima construcción de la casa Hausbec en Sant Quirze del Vallès, puedes seguirla aquí.
En una próxima entrada analizaremos la instalación de las ventanas.
Fuente: Jesús Menéndez de Zero Energy y elaboración propia.